miércoles, 15 de mayo de 2013

Y comprendí que...

Y comprendí que en un abrir y cerrar de ojos la vida se nos va, casi como volando, cuando menos lo esperamos. Inevitablemente nos vamos agotando, se nos agota el alma. Te despiertas una mañana y te das cuenta de que tienes que disfrutar de tus días, de este día. Aprovechar y vivir el momento. Arriesgar para conseguir algo, pero sin arriesgarlo todo. ¿Alguna vez te has parado a pensar en ti, en lo que sientes, en lo que te mereces, en lo que necesitas? Piensa un poco en ti, pero sin dejar de pensar en los demás. Busca tu camino y síguelo sin mirar a atrás. La vida se nos agota en cada suspiro. Disfruta del momento sin olvidar la realidad, recuerda siempre que la muerte nos acecha en cada esquina, buscando la debilidad, tu debilidad. Sé siempre fuerte, no lo olvides. Cuando caigas y pienses que todo ha terminado, que simplemente estás agotado, busca razones por las que seguir a adelante. Lucha, levanta la cabeza, búscale el sentido a esta vida, Vida de locos. Suena irónico, ¿verdad?, pero es así. Muchos vivimos con miedo, miedo al fracaso, miedo a la soledad e incluso miedo a la propia vida. 
Y comprendí que vivir con miedo no es vivir, que este sentimiento nos evita seguir caminando. El miedo, esa sensación de angustia. Te tiemblan las piernas, el corazón te va a mil por hora, te sudan las manos y tu respiración se acelera. No es amor, no confundáis, es miedo.
Y comprendí que detener un momento tus prisas y pararte a sentir más es la mejor manera de vivir.
Y comprendí que no podía permitir que sus labios fueran las puertas a mi paraíso. Supe que no debía depender de una persona. Pero, ¿y qué? Para mí tan solo era un sueño, el sueño que cada noche al acostarme revivía, un producto de mi imaginación. ¿Te imaginas cómo sería sentir lo que siente una persona cuando desea algo con todas sus fuerzas durante años y lucha por ello pero nunca llega? Tan solo eran ilusiones, ilusiones tontas. Ilusiones que más tarde se esfumarían.
Y comprendí que si el destino existiera, nuestras decisiones no tendrían sentido, no repercutirían en nuestras vidas. Somos los dueños de nuestra vida, los guías de nuestro futuro. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario