A veces,
cuando no te miro, siento miedo.
A veces creo
que no puedo.
A veces
suspiro y me arrepiento.
A veces dudo que esto sea el
cielo.
Pero, luego
me levanto y recuerdo…
¿De qué me
vale tener miedo?
Y no solo
eso…
Cuando te mire volveré
a perder las palabras.
No me
prestes atención, cielo,
sólo soy una
chica presa del pánico
con miedo a
amar y que te vayas
con miedo a
llorar y que te esfumes
simplemente con miedo.
Permíteme
dormirme en tu pecho y…
ya no volveré a sentir miedo.